Meditación/Cuento Mindful
Un Viaje Consciente por el Sistema Solar
Breezy Ocaña Flaquer y Pamela Ocaña
7/22/20259 min leer
Paseo por el Sistema Solar
Introducción opcional a la historia para prepararnos para nuestro viaje
Siéntate cómodamente o recuéstate, lo que te resulte más cómodo… puedes cerrar los ojos o mantenerlos abiertos. Si deseas mantenerlos abiertos, no te enfoques en nada en particular; simplemente suaviza la mirada y dirígela hacia abajo para relajarlos…
Siente cómo te arraigas en este momento presente, aquí y ahora… Siente la fuerza de la gravedad actuando sobre todo tu cuerpo… siente cómo te ancla cada vez más profundo…
Ahora, observa tu respiración. Sin juzgarla, ¿es superficial… o profunda… pesada… o ligera? Solo observa tu respiración…
Luego, inhala sintiendo cómo se eleva tu abdomen lentamente… Observa la parte final de tu inhalación… Luego deja salir el aire despacio relajando tu cuerpo físico… observa el final de tu exhalación y cómo te hace sentir…
Toma una segunda inhalación, más lenta… hazlo de manera consciente… siente tu abdomen elevándose… tu pecho elevándose… Observa cómo se siente cuando llegas al tope de la inhalación… Luego exhala liberando cualquier tensión mental… Observa el final de tu exhalación y en qué piensa tu mente…
Ahora toma una última inhalación, aún más lenta y profunda, disfrutando la perfecta combinación de moléculas del aire que te nutren… observa conscientemente cómo se eleva y expande tu abdomen y tu pecho… Detente un instante… y luego exhala liberando cualquier carga emocional de tu corazón…
Dirigiendo tu atención hacia adentro… observa cómo te sientes en tu cuerpo físico… en tu espacio mental… en tu centro del corazón… Es importante notarlo… Obsérvalo sin preocuparte, simplemente observa… quizás estás calmado o inquieto… feliz o triste… o tal vez te sientes en un punto intermedio… En cualquier caso, no juzgues; simplemente reconoce que esta práctica te acompañará donde estés y apoyará tu bienestar…
Sigue respirando suave, consciente y profundamente… y con cada exhalación suelta y libera un poco más que antes…
Comenzamos ahora nuestra meditación guiada por el espacio
Imagina que caminamos sobre la Tierra, sentimos la grama suave… una agradable brisa… el cálido Sol sobre nuestra piel… Nos imaginamos como exploradores del cosmos llevando un traje espacial. Nos sentimos llenos de energía por la aventura que está a punto de comenzar y emprendemos un viaje a través de nuestra imaginación.
Damos un gran salto, tan alto y tan rápido, que comenzamos a superar la velocidad de escape de la Tierra y logramos liberarnos de su atracción gravitatoria… Comenzamos a movernos más profundo en el espacio.
Más adentro, el entorno cambia. ¿Puedes sentirlo en tu piel? La temperatura fuera del traje es muy fría, pero dentro del traje espacial la temperatura es perfecta. Ni muy caliente ni muy fría.
Inhalamos… y vemos la Tierra, la Tierra completa. Es nuestro hogar. Ella es nuestra Madre Tierra. Todo lo que amamos, todo lo que conocemos está ahí… Sentimos un profundo asombro en el centro del corazón. Se ve tan hermosa en sus colores de Tierra, verdes de bosques y azules de océanos… con suaves nubes blancas rodeándola.
Solo vemos una sola Tierra… no hay separación entre países… solo vemos tierra o agua sin barreras entre ellas. Vemos un planeta. Un planeta increíble que ha podido dar vida a humanos como nuestras familias y todas las familias antes de nosotros… Nos damos cuenta de cuánto nos ha dado la Tierra durante millones y miles de millones de años… Nos sentimos agradecidos por ser parte de este planeta vivo.
Seguimos respirando conscientemente, y al exhalar nos relajamos y soltamos un poco más.
Vemos cómo nuestro planeta se hace más y más pequeño mientras nos alejamos más y más… vemos la Luna cerca de la Tierra como si estuvieran danzando juntas… y sentimos asombro por su conexión. Están unidas por una conexión invisible… Nuestra Tierra y su única Luna están gravitacionalmente unidas mientras se mueven por el universo en una danza cósmica… Son verdaderamente hermosas…
Mientras continuamos conectando con la respiración, sentimos cómo flotamos en el espacio, sentimos ingravidez… flotando en asombro… nuestro cuerpo se relaja… cada parte suelta cualquier tensión terrenal… Estamos libremente flotando a través del espacio disfrutando de las vistas …
Respirando lenta y conscientemente, al exhalar relajamos y soltamos aún más…
Podemos ver el Sol ahora… con cuidado como siempre, protegemos nuestros ojos. Notamos que no hay día ni noche aquí y nos preguntamos por qué… La respuesta está en nuestra atmósfera. Cuando estamos en la Tierra, estamos bajo su protección… Nuestra atmósfera dispersa la luz del Sol, haciendo que los días sean brillantes… pero desde el espacio no hay día ni noche, solo el planeta viajando por el universo dentro del sistema solar.
Desde el espacio podemos ver las estrellas claramente, no titilan… Notamos cómo otros planetas se vuelven visibles mientras la Tierra se ve cada vez más pequeña…
Más cerca del Sol vemos a Mercurio y Venus… Si estuvieran delante o detrás del Sol, no podríamos verlos… se pierden bajo el resplandor del Sol. Solo son visibles cuando no están alineados con él.
Mercurio, el planeta más cercano al Sol y el más pequeño del Sistema Solar, es solo un poco más grande que la Luna. No tiene casi atmósfera, así que desde allí se ven siempre las estrellas, incluso de día. Si pudiéramos estar allí, sentiríamos nuestro cuerpo más liviano que en la Tierra, debido a su menor gravedad. Si estuviéramos allí sin traje espacial, sentiríamos calor extremo bajo el Sol, y frío extremo en la sombra. Mercurio, igual que la Luna, nos muestra temperaturas extremas debido a la falta de gases de efecto invernadero.
Respira lento… y al exhalar suelta y libera un poco más…
Saltamos desde Mercurio y notamos que la velocidad de escape aquí es menor que en la Tierra, así que nos resulta fácil continuar nuestro viaje, esta vez hacia Venus…
Venus se ve increíblemente hermoso desde la Tierra, pero acercarnos a él nos revela una realidad muy distinta. Venus es el planeta más caliente del Sistema Solar, incluso más que Mercurio. Y a diferencia de Mercurio y la Luna, siempre es caliente, de día y de noche. La razón es su atmósfera extremadamente densa y los tantos gases de efecto invernadero que hay. Algunos de estos gases forman nubes de ácido sulfúrico; si pudiéramos oler Venus, olería a huevos podridos.
Inhalamos… y al exhalar liberamos aún más…
Ahora Marte es visible. ¡Lo vemos! Parece un planeta rojo moviéndose alrededor del Sol. Nos detenemos un momento para reflexionar sobre su historia. Hubo agua allí alguna vez y ahora es un lugar muy seco. Reflexionamos sobre la impermanencia, y cómo incluso los planetas sólidos pueden tener sistemas frágiles… Esto nos ayuda a valorar lo hermoso que es vivir en la Tierra en un momento donde está llena de vida. Nos damos cuenta de lo delicada que es la vida y nace en nosotros el deseo de proteger nuestro hogar. En este viaje podemos ver a los planetas moviéndose alrededor del Sol… estamos lo suficientemente lejos como para apreciarlo.
Mientras seguimos nuestro viaje imaginario, saludamos a otros exploradores: los rovers Curiosity, Ingenuity y Perseverance al pasar por Marte y acercarnos al cinturón de asteroides.
Con nuestro traje protector respiramos con calma al movernos entre los asteroides. Están muy separados entre sí, así que podemos atravesarlos fácilmente. Comenzamos a notar cuán enorme es realmente el sistema solar…
Seguimos respirando conscientemente al movernos más y más lejos, explorando más profundo el espacio… ¿Cómo nos sentimos? ¿Llenos de nueva comprensión y asombro? ¿O asustados por estar tan lejos de la Tierra? Quizás ambas cosas… O tal vez sabemos que todo está bien: este es un viaje imaginario por el Sistema Solar y estamos perfectamente seguros… Sabemos que podemos regresar a nuestra Madre Tierra en cualquier momento… La Tierra nos da apoyo constante en todas las formas imaginables… empezamos a apreciarla más que nunca…
Tomemos una inhalación lenta y profunda y apreciemos la inmensidad del espacio… La Tierra se ve cada vez más pequeña… pero de alguna manera luce aún más especial…
Llegamos a Júpiter… y vemos los colores de su atmósfera, las franjas en distintos tonos de marrón y rojo… lo vemos todo con los ojos de la mente. Vemos sus anillos tenues… También vemos la Gran Mancha Roja, una enorme tormenta incluso más grande que nuestro planeta… Vemos tantas lunas orbitando Júpiter… es impresionante… y entre todas ellas reconocemos las cuatro lunas galileanas. Son tan grandes e interesantes… En Ío hay muchos volcanes, incluso podemos ver uno erupcionando lava helada. Júpiter es un planeta fascinante… Qué afortunados somos de verlo de cerca…
Ahora toma una inhalación lenta, y al exhalar suelta aún más, sintiéndote más ligero y relajado…
Con nuestra siguiente inhalación lenta, esperamos con entusiasmo la vista del siguiente planeta: Saturno.
Saturno es conocido por sus grandes e impresionantes anillos. Observamos que no es el único con anillos, Júpiter también los tiene, pero los de Saturno son realmente asombrosos. Vemos cómo están hechos de partículas que van desde granos de arena hasta rocas enormes o incluso del tamaño de montañas. Observamos con asombro porque desde la Tierra parecen lisos, pero desde aquí podemos ver sus diferencias, sus tonos y texturas.
Esta nueva perspectiva —ver verdaderamente las cosas como son— aquí en Saturno nos recuerda que en la Tierra podemos ver países y culturas como únicas y distintas, pero desde arriba vemos un solo planeta unido, con nosotros, con todos y todo siendo parte de un mismo lugar. Notamos cómo todos estamos conectados sin importar de dónde venimos. En realidad, somos una sola humanidad…
Respiramos aún más conscientemente que antes… y al exhalar, nos relajamos aún más disfrutando este viaje…
Esta vez llegamos a un planeta “gigante de hielo”, Urano. Es un mundo extraño y único… Parece que en el pasado sufrió una gran colisión porque está inclinado de tal forma que su polo apunta directamente al Sol. Es el único planeta cuyo polo apunta directamente al Sol en su solsticio de verano y directamente en dirección opuesta en su solsticio de invierno. ¿Puedes imaginar cómo serían las estaciones si los polos de la Tierra apuntaran directamente hacia o lejos del Sol?
Respirando de forma consciente y lenta… con nuestra siguiente exhalación profunda llegamos al último planeta del Sistema Solar: Neptuno.
Neptuno es otro gigante helado, también con anillos, y el más lejano. Estamos ahora muy lejos de casa, tanto que ni siquiera podemos ver nuestro planeta desde aquí. ¿Cómo se siente notar que nuestro hogar es tan pequeño desde esta distancia que ni podemos verlo? Todo lo que conocemos, todas las personas que significan algo para nosotros, todos los animales que conocemos están allí, en ese punto azul pálido que desde aquí no podemos ver.
Al visitar Neptuno tan lejos de casa, comprendemos que no somos ciudadanos de una sola nación; somos humanos, ciudadanos de ese punto azul pálido viajando por un espacio desconocido. Somos terrícolas, una sola humanidad, diversa, llena de valores, bondad, curiosidad, ingenio y perseverancia… y tan rica precisamente por ello.
Sintiendo nuestra totalidad, inhalamos sintiéndonos más expandidos que antes… y al exhalar liberamos todas las fronteras de la mente…
Hemos explorado nuestro Sistema Solar, y ahora es momento de regresar a casa… tomamos una última inhalación profunda desde aquí, presentes en este lugar del universo, observando cómo nos sentimos… con nuestra siguiente exhalación comenzamos a regresar a la Tierra.
Al acercarnos pasamos nuevamente por Neptuno… luego por Saturno… desde aquí ya vemos un diminuto punto azul: ese es nuestro hogar, allí está nuestro planeta, allí está mi país, mi casa, mi familia. Tomamos un momento para apreciar todo lo que tenemos en la Tierra. Todo lo que somos y lo que tenemos está unido a este planeta…
Seguimos moviéndonos por el espacio, pasando por Júpiter y sus lunas, por el cinturón de asteroides, y por Marte. Ya podemos ver la Tierra más claramente, respiramos profundamente mientras nos acercamos más y más.
Sabemos de Venus y Mercurio, que están más cerca del Sol. No pasaremos por ellos ahora… Estamos regresando a casa, a la Tierra…
Ahora podemos ver el agua y la tierra; inhalamos con un poco de alegría en el corazón mientras nos acercamos. Vemos tierra seca, tierra verde, bosques, desiertos y océanos. Respiramos… Hay ciudades, hay animales volando, caminando, nadando. Hay agua. Hay miles de flores y plantas hermosas y distintas. Hay una sola Vida en tantas formas. Una vida que queremos respetar y proteger. Una vida que amamos. Una vida de la cual formamos parte.
Tomamos una respiración profunda mientras nos acercamos a nuestra casa. Notamos que ya no llevamos traje espacial. Llegamos al lugar exacto donde estábamos antes de comenzar. Seguimos respirando y notamos cómo nos sentimos ahora que estamos de regreso en casa…
Nuestra meditación consciente a través del espacio ha terminado.
Siente nuevamente el suelo debajo de ti, sosteniéndote con cariño… lleva tu atención de nuevo a tu cuerpo físico, comienza a estirarte suavemente… tus manos, tus pies… Tómate un momento para simplemente observar cómo te sientes… ¿qué ha cambiado o qué se ha movido dentro de ti?
Y poco a poco comienza a abrir los ojos.
Namaste.
Dra. Breezy Ocaña Flaquer, PhD
Astrofísica e instructora de Yoga
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