La Luna (y Marte) en tus Manos

Un viaje sensorial por el universo muy cercano.

MINDFULNESSINCLUSIÓNASTRONOMÍAEDUCACIÓN

Breezy Ocaña Flaquer

6/27/20252 min leer

¿Te imaginas caminar con tus manos por la superficie de otro cuerpo celeste?

En esta actividad caminamos con nuestros dedos por la superficie de la Luna (y también de Marte). Sentimos sus relieves, descubrimos sus cráteres, montañas e incluso volcanes. Es una forma consciente de explorar otros mundos, conectando con ellos a través del tacto. Estos modelos 3D los conseguimos gracias al proyecto A Touch of the Universe y fueron impresos por Oriol Molgo

Estas experiencias táctiles no solo despiertan la imaginación, sino que además son una herramienta inclusiva y multisensorial: permiten conversar y trabajar con personas con baja visión o ciegas, así como con quienes necesitan o disfrutan de estímulos sensoriales. Nos abren la puerta a viajar con la mente y con las manos a cualquier rincón del universo.

Además, es una forma maravillosa de introducir la astronomía a los más pequeños. Por ejemplo, estos modelos también los he utilizado en mis clases de astronomía en Rayuela (un preescolar hermoso que abrió sus puertas a la astronomía mindful), en varias escuelas primarias, e incluso en mis clases de astronomía en la Universidad Estatal de San Diego (SDSU), especialmente cuando hablamos sobre la Luna y Marte. Siempre generaron fascinación y curiosidad en los estudiantes, independientemente de sus edades.

Con los más pequeños, la actividad tenía el objetivo no solo de introducir la astronomía, sino también la meditación. Cada alumno se sentaba relajado (o se acostaba, o incluso se quedaba de pie si lo prefería). Hacíamos una respiración profunda y consciente, e imaginábamos que saltábamos —y en el caso de los niños que estaban de pie, realmente saltaban—. La idea era comenzar un viaje imaginario que nos llevaría a la Luna y a Marte, a imaginar que caminábamos por estos mundos mientras conocíamos su superficie a través del modelo táctil.

Los resultados, incluso con los más pequeños, fueron hermosos. Algunos abrazaron la Luna o Marte, imaginaron historias mientras paseaban por sus superficies con sus dedos y sus manos. Sentían las texturas, exploraban el objeto, inventaban relatos, respiraban. Al terminar, con otra respiración profunda, “volvían” a la Tierra abriendo los ojos o dando un salto final. Esto abre la puerta para hablar del universo, cuestionar, preguntar e imaginar que todo es posible.

Con los estudiantes universitarios, el acercamiento fue diferente. En la clase de introducción a la astronomía, al hablar de la Luna o de Marte, les permití explorar estos modelos con sus manos e identificar algunos de los relieves que habíamos estudiado, o incluso algunos que ellos ya conocían.